domingo, 5 de febrero de 2012

Plan

Plan

Trepar la cumbre más alta de su espíritu,
y en ella encender sabe dios qué apagada lumbre,
y revivir sabe dios qué muerta estrella.
 Nicolás Guillén
En vista del éxito simple y llano de otros,
recojo mis complejidades y les busco buen entierro.

Seguro que dudaré y retorceré las palabras
con el empeño de darles coherencia,
pero me prometo no desviar mi voluntad.

Puede suceder que en el arduo golpeteo de la perfectibilidad,
cada ensayo será torpe, pero como Rilke aconsejó,
desde sí hay que escrbir sin escuchar a los demás.

De tal suerte que lo poquito que escriba,
será un intento más cercano, más fiel
a lo que mi imaginación creó.

Katamokano

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