jueves, 21 de noviembre de 2013

Tergiversación

Cuando te ensartan en la oreja
que estás llena de ángulos rectos,
miras con recelo a tu alrededor:
los dos que se besan,
a los otros que alimentan a sus hijos,
hasta tu mano que garabatea un tanto 

Piensas que te has ido por el tobogán de la vida, tan rápido como tu peso acelerándote por las curvas, sin entender, sin comprender qué te ha quitado el aliento…
es cuando abres los ojos de golpe
sabes que tus palabras no tuvieron eco
que algo te hicieron añicos.

Que si dije (y sigo diciendo) justicia en el amor,
no digo comerciar con los besos
(ni contarlos, ni dividirlos por las caricias)
sino que si el cielo neón se derramó cuando te venías 
es porque quise
(claro que quise) venirme contigo, corazón.