sábado, 17 de noviembre de 2012

Pájaro azul, de Charles Bukowski

El siguiente poema, pertenece a Charles Bukowski y sobre el cual me basé para realizar mi ejercicio No. 1 de reescritura tipo copia.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

Ejercicio de reescritura del poema "Pájaro Azul" de Charles Bukowski

Hay un pájaro azul en mi corazón
que revolotea inquieto y muy adentro.
Emerge a la luz y brilla tornasolado
colores tan vivarachos
tan entusiasmados y aún así
te niegas a mirarlo.

Hay un pájaro azul en mi corazón

que canta muy hermoso
trina con gravedad
con sonidos muy profundos
con ecos solemnes se expresa
inspirando respeto y aún así,
te niegas a oirlo.

Hay un pájaro azul en mi corazón

que al abrir sus alas vuela lejos
y al regresar, viene todo maltrecho
casi desplumado
y a pesar de ello,
te niegas sorprendentemente a recibirlo.

Un día,

ese pájaro azul se morirá en mi corazón,
y ni tú podrás remediarlo.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Atrás ya no

Escribo, me digo y lo hago.
No me quedo con nada.
Lo escupo,
lo vomito
lo narro en espiral
o de atrás para adelante,
pero no omito lo esencial,
ese resumen de lágrimas y resentimientos
sale a mil por hora.

Lo cuento después,

lo hago canción,
lo presumo a los cuates,
lo hago bolita y hago canasta en el cesto de basura.

Me engaño:

me sigues importando,
te humillo y te lloro todititas las letras del recuerdo.
Al final de ese vértigo, 
querré dar marcha atrás y veo,
que no podré.

Ni modo, me martirizo:

así es la vida, mujer
cada hierro forjado
o palo dado
nadie lo quita.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Más que sal y agua

Líquido salino y algo más
transparente al inicio
al final todo opaco.

Te salpico de verdes intensidades
todas con un olor particular
que ardes al tocar
y al soplar
solo atino la nariz a enjugar.

Con esos ramilletes rotos
de hojas vivas te adorno,
prismáticas piezas me recuerdan al llanto
que solo me dejan sollozar.

Sábanas de proteínica sustancia
que parecen madejas en un telar destrozado
que intento buscar en el ocre fondo
y nomás risos blancos encuentro.

Ese caleidoscopio gustoso
explota cálido en mi boca
certeza de estar viva.

Solo en esos momentos me olvido de que conmigo no estás.


Engaño

No hay huellas de tu presencia en el tiempo,
a través de lunas frías te he vivido:
como si en verdad estuvieras a mi lado.

Por la ventana que me escolta
una soledad me hace compañía.
Sorbo la atmósfera musical que a veces me visita,
una sintonía triste y a la vez
nada parecida a esta paz.

De un jalón sorbo el aire,
apareces y despierto:
mi quietud lucha contra un tintineo,
un todobienporallá punza mi vientre.

Nada, la secuela de un giro vertiginoso
me revela una verdad:
volverán todas las lunas frías,
y ni a la soledad sentiré.