domingo, 12 de abril de 2015

La primavera en la ciudad de altos IMECAS



Después de medio día me siento a descansar sobre un viejo reposet,
mi mirada pasea y nada me motiva abandonar esta lacidez.
La casa acoge el runrun del refrigerador y
a los lejos en la calle
oigo acercarse al de las morelianas y al nevero:

es un verdadero domingo: silencioso y solitario.