una mentira inpalpable:
el frío se trasmina por los huesos
y la escarcha, en mi ventana, es posible.
En esta calle no veo azules,
salvo el de una que otra puerta pintarrajeada,
tampoco hay dunas de níveos cristales,
aunque las esfumen sobre arbolillos de plastico.
El más viejo de los climas,
en el defectuoso turistea,
un sol quemante le coquetea
y por ratos también lo besuquea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario