Tú, el que cree en el bálsamo de la muerte,
el que erige iglesias del pop:
no me encierres en el silencio
no opaques el tono de tu voz,
quédate para contar tus tatuajes
dibujarnos las sonrisas
reprobarnos en la sombra
y no asfixies el fuego que te doy.
reprobarnos en la sombra
y no asfixies el fuego que te doy.
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