paseos automáticos de mujeres que gustan de revolver el calendario de sus pensamientos
libros sellados por bocas silentes, bocas llagadas de tanto mamar;
niños que las miran con la sonaja en el llanto
madres que cruzan los ejes de sus ensoñaciones y perjuran no volver a amar.
Una pareja se despide y el sol va despidiéndose de la noche.
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